Municipio de San Nicolás de Tolentino. La Aldea de San Nicolás

Situado al Oeste de la isla, el municipio de San Nicolás tiene una superficie de 139 km2 y una población en torno a los 10.000 habitantes.
Los entornos naturales del municipio son excepcionales y disponen de una variedad de rutas y senderos en los que se aprecia la belleza paisajística de la zona oeste de Gran Canaria.


BARRIOS Y POBLACIONES DE LA ALDEA DE SAN NICOLÁS
Albercón, Artejevez, Casas Blancas, Castañeta, Cercadillos, Cuermeja, El Cruce, El Hoyo, El Lomo, El Pinillo, El Ribanzo, Jerez, La Cardonera, La Cruz, La Hoyilla, La Ladera, La Playa, Ladera del Palomar, Las Marciegas, Las Rosas, Las Tabladas, Los Cardones, Los Caserones, Los Espinos, Los Molinos, Los Pasitos, Mederos, Molino de Agua, Molino de Viento, Playa de San Nicolás, San Nicolás de Tolentino, Tarahalillo, Tasarte, Tasartico, Tocodomán.


FESTIVIDADES LOCALES:
11 de Septiembre: Fiestas del Charco en la Aldea

Cada once de septiembe se celebra, dentro de las fiestas patronales de este pueblo, la Fiesta del Charco.

Consiste en un número estelar, en el que la gente se tira al gran charco costero que está en la desembocadura del barranco de La Aldea, en medio de un gran jolgorio, para pescar y divertirse arrojando a otras personas al mismo. El origen de esta fiesta arrancas desde la éspoca aborigen, cuando los canarios pescaban en los charcos costeros, utilizando la técnica de la embarbasca, que consiste en adormecer a los peces con la sabia de cardones y tabaibas que tienen un gran poder narcotizante.

El número principal de esta fiesta tiene lugar a una hora fija, las 15:00 horas de la tarde, hora solar, las 17:00, actuales, y su comienzo se anuncia con un volador que lanza el Alcalde. Por la mañana tiene lugar el desplazamiento de todo el pueblo hacia la playa. Antiguamente se hacía caminando y en grupos o parrandas, cuestión que en los últimos años se está intentando recuperar. Una vez en la Playa, desde mediados de la presente centuria, se celebra en el muelle viejo un animado baile amenizado por las bandas de música.

Por la noche, se celebra un acto denominado AGalas del Charco, originario de las manifestaciones culturales y lúdicas de la juventud de los años 60-70, pero, en la actualidad con un carácter distinto, pues al desaparecer estos movimientos juveniles, las galas las celebran con profesionales de la canción y del espectáculo.

En el siglo XVIII la iglesia prohibió, por orden del obispo Delgado y Venegas, que, bajo pena de excomunión, los hombres y las mujeres se tirasen al charco semidesnudos. A finales del siglo XIX el primer conservador del museo canario, Victor Grau Bassas, deja una interesante descripción de esta fiesta como pervivencia de costumbres aborígenes.

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